Conclusiones del Insomnio

Disfrutad de esta idea, saboreadla. Consolaos con ella:
Hay alguien más rayado que vosotros.

viernes, 7 de octubre de 2016

El cuento de la Lechera

Pasito a paso, con pies de plomo. Mirar arriba hace perder de vista las piedras del camino.
Pasito a paso, sin hacer ruido. No sea que el Karma y la Fortuna reparen en tí en su partida a la ruleta rusa.
Pasito a paso, la vista al frente, sin pausa pero sin excusa. Si miras atrás te frustras.
Si miras atrás, tropiezas.
Si miras atrás, da la sensación que te alejas mientras avanzas...y te paras.
Y si te paras, comparas. y si comparas...la cagas.

Ya crecí, aunque no estiré. Y creo que estiré de más la suerte.
Ahora toca aguantar, ser fuerte, mentir.
Mentirme a mí el primero, porque si soy sincero, no estoy feliz.
Que no se trata de "serlo", porque estarlo ya es una victoria.
Pero palo tras palo, tras palo...solo hay sabor a sangre en la boca.
Y en mi memoria, los laureles parecen más verdes. Y en mi presente, estancarse parece una victoria.
Porque no es que todo vaya a peor, pero yo me hago mayor, el dinero se va, la grasa se acumula, salen canas y arrugas y miro atrás. Y no.
Así claro que no avanzo. Porque lo que antes era un colchón ahora es un reloj que hace que las paredes se estrechen, que la marea suba. Que no quede más que agarrarse a la ilusión.

¿Y si la culpa no es nuestra? ¿ Y si es la combinación de la expectativa y la ilusión? ¿Y si las ganas y poner corazón son insuficientes ante la experiencia y la imposición de la razón?

Que igual no me vuelvo loco, igual de ingenuo paso a cuerdo.
Que estoy cansado de pensar que ya no me queda nada por ver.
Que igual no es estar solo, es que estamos menos que ayer.
Que igual no la extraño a ella, sino el ideal que recuerdo.

Y así, nos ilusiona tener ilusión, aunque nos mate.
Porque significa que si duele, es porque seguimos vivos.
Porque si duele, amigo, significa que sentimos...
Porque si duele, nuestra partida aun no ha visto el Jaque mate.

Y si las nuevas "ella" no cumplieron con lo esperado, no es su culpa (ni la mía) sólo un giro de guión.
Y si consigo un salario sabrá amargo, porque probablemente fue al dejar mi vocación.
Y si quiero que me quieran , no pido tanto. Pido lo que doy.
Y si quiero estar contento, es lo normal. Pobre ambición.

En este cuento de la Lechera, puede que tropiece o no,
Me he ilusionado como ella. Me he derramado, como el jarrón.
Me quedan fuerzas para otro asalto, vuelta al establo, nueva ocasión.
Esperemos que a la vaca le quede leche...porque si no...